En Noviembre del 2015 John Fitzsimons y David Vaughan publicaron en la revista «Current Treatment Options in Pediatrics» una parte de la Colección con el nombre «Patient Safety». En esta revisión de la literatura los autores nos muestran que la evidencia científica sobre la Seguridad del Paciente en pediatría se extrapola de la población adulta. Para ello los autores muestran la tabla de las 22 principales intervenciones de Seguridad del Paciente que la «Agency for Healthcare Research and
Quality» publicó en 2013 para la población adulta. En ella la prevención de úlceras por presión se encuentra en séptima posición. Pero, ¿es esta lista de las principales medidas de seguridad que debemos aplicar a los niños/as? Ellos mismos se responden a la pregunta antes de realizar un estudio basado en un Panel de Expertos. No son las mismas intervenciones, pero sugieren que de las 22 sí hay 10 intervenciones esenciales en la Seguridad del Paciente Pediátrico:
- -Evitar el dolor o minimizarlo.
- -Evitar las lesiones en la piel (incluyen extravasaciones, úlceras por presión y otras heridas).
- -Evitar las infecciones nosocomiales.
- -Evitar los daños por errores en la medicación y fluidos.
- -Reconocer y poner remedio a las complicaciones en quirófano.
- -Reconocer rápido y manejar los signos de sepsis u otras enfermedades graves.
- -Reconocer rápido y manejar el deterioro en salud en la hospitalización.
- -Reconocer rápido y manejar los signos de maltrato infantil.
- -Evitar los ingresos, procedimientos, investigaciones y tratamientos innecesarios.
- -Evitar los daños psicológicos de la hospitalización.
Los autores dejan claro que las prioridades de Seguridad en la población pediátrica no son las mismas que para la población adulta. Sin embargo, deciden realizar un estudio con diseño de Panel de Expertos. Responden a la encuesta 60 profesionales. El panel era multinacional y multidisciplinar formado por enfermeras y médicos principalmente (38 entre ambos), pero también habían farmacéuticos, colaboradores de salud y personal administrativo (22). La encuesta constaba de 3 preguntas respecto a las 22 Medidas de Seguridad más importantes: cuál era más relevante, cuál de ellas se sostenía en una mejor evidencia y el grado de dificultad de llevar a cabo la intervención.
Los resultados de las encuestas dejan claro que todas son intervenciones relevantes en pediatría, pero que hay diez que son las principales. Entre ellas no se encuentra la prevención de UPP, que es catalogada como menos relevante. Además no aparece en la lista de si tiene o no suficiente evidencia o si es fácil su implementación. Para el Panel de Expertos las tres medidas más relevantes eran: Seguridad en la medicación, entrenamiento y comunicación profesional e higiene de manos.
Los resultados de este pequeño estudio de escaso rigor metodológico (no nos muestran las características sociodemográficas de los participantes, ni el número exacto de enfermeras, ni si estaban formadas en prevención de UPP, por ejemplo) nos indican que debido a que la pregunta es realizada a individuos de diferentes disciplinas posiblemente las prioridades de unos frente a otros cambien, y por ese motivo los cuidados de la piel en general no fuera incluido por este panel de expertos. Además los autores, en la discusión nos indican que la interpretación de los resultados solo puede ser interpretada en su propio contexto. por ejemplo, en UCI Pediátrica o UCI Neonatal las intervenciones de prevención serán diferentes que en la sala de cuidados intermedios. Aconsejan que en cada contexto de atención pediátrica se realice este tipo de encuestas a líderes de opinión para priorizar las intervenciones y potenciar la Seguridad del Paciente Pediátrico hospitalizado.
Para concluir sugieren que es necesario que la Comunidad Científica siga investigando y registrando las medidas preventivas más efectivas. Animan a compartir los datos sobre la magnitud de los efectos adversos siguiendo los canales de publicación entre diferentes contextos sanitarios. Afirman que para alcanzar una Seguridad Total no basta con realizar intervenciones aisladas sobre algún efecto adverso, es necesario un cambio estructural de las políticas de salud. esto solo se puede conseguir a través del cambio desde la base. Existen algunos ejemplos de trabajo colaborativo. La Comunidad Científica «Pediatric International Patient Safety and Quality Community» (PIPSQC, www.pipsqc.org) usa una plataforma de conexión entre profesionales de todo el mundo y grupos como el Children’s Hospitals’ Solutions for Patient Safety Network (www.solutionsforpatientsafety.org). Otro ejemplo sería la Alianza entre Hospitales por laSeguridad en la Atención del Paciente Pediátrico, proyecto titulado «Making It Safer Together» (www.mistuk.org).
En definitiva, los autores de este estudio nos muestran diferentes propuestas para mejorar la Seguridad de los niños/as hospitalizados. Son necesarios proyectos colaborativos entre los diferentes agentes de cuidado para abordar problemas comunes.
Y como ejemplo una gran campaña: NINGÚN NIÑO/A CON UPP
Pablo García-Molina
Editor UPPPEDIATRIA.org